En la constante búsqueda de mayor capacidad de cálculo, el superordenador Frontier del Laboratorio Nacional Oak Ridge en Estados Unidos sigue siendo el líder indiscutible de la clasificación TOP500, con sus 8.699.904 núcleos y una potencia asombrosa de hasta 1.714 petaFLOPS/s. Esta máquina, con un consumo energético de casi 23 megavatios, está impulsando avances científicos fundamentales, como la reciente investigación sobre las interacciones magnéticas en el núcleo del átomo de calcio-48.
Sin embargo, el reinado de Frontier está cerca de su fin. Japón y su centro de investigación RIKEN, en colaboración con Fujitsu, ya están trabajando en el próximo gran coloso de la supercomputación: Fugaku Next, un sucesor destinado a marcar una nueva era. Aunque aún se espera su finalización para 2030, los ingenieros ya pronostican que será hasta 1.000 veces más rápido que los superordenadores actuales, con un rendimiento capaz de superar la barrera de los exaFLOPS y adentrarse en el asombroso terreno de los zetaFLOPS.
Pero, ¿qué significa realmente esto? Hoy en día, las máquinas más avanzadas, como Frontier, operan en el rango de los exaFLOPS, lo que equivale a realizar un quintillón de cálculos por segundo (1 seguido de 18 ceros). Fugaku Next promete romper esa barrera y llevar el rendimiento a un sextillón de cálculos por segundo, una cantidad que parece casi inimaginable.
El verdadero desafío no radica en construir una máquina tan potente, sino en cómo alimentar a este titán. Según estimaciones recientes, la energía requerida para hacer funcionar un superordenador de esta magnitud sería comparable a la producción de 21 centrales nucleares de tamaño medio. Esto subraya la magnitud del reto energético que enfrenta Japón para hacer de Fugaku Next una realidad.
Más allá de su potencia bruta, Fugaku Next no solo será una herramienta de investigación científica, sino también un avance para la inteligencia artificial. Con la creciente demanda de IA en diversos campos, contar con una máquina de esta escala abrirá puertas a nuevos descubrimientos y aplicaciones en la ciencia, la medicina y la tecnología.
A medida que nos acercamos a la era de los zetaFLOPS, los científicos y técnicos no solo luchan por aumentar el poder de cálculo, sino por hacerlo de manera sostenible. La eficiencia energética será el pilar fundamental para que estos gigantes de la computación puedan funcionar de manera estable y, al mismo tiempo, ser respetuosos con el medio ambiente.
La carrera hacia el próximo gran superordenador está en marcha, y Japón parece dispuesto a liderarla. Fugaku Next no es solo una máquina más; representa el futuro de la computación y el siguiente gran salto hacia una era donde los límites de lo posible están por redefinirse.