La Unión Europea ha intensificado su escrutinio sobre Google, acusando al gigante tecnológico de ejercer un monopolio sobre su plataforma Android Auto y la gestión de aplicaciones. Este desarrollo se enmarca en un contexto global de creciente regulación sobre las grandes empresas tecnológicas, siguiendo el precedente de un fallo reciente en EE.UU.
La UE ha observado de cerca el caso estadounidense, donde Google fue acusado de monopolizar el mercado de buscadores y la publicidad online, aunque en esta ocasión el tribunal favoreció a la compañía en el ámbito publicitario. En Europa, el enfoque se ha dirigido a Android Auto, el sistema operativo de Google para vehículos, con alegaciones de prácticas anticompetitivas.
Las controversias en Italia, que comenzaron hace más de tres años, han puesto a Google en el centro de la atención. Un caso notable es el de JuicePass, una aplicación para la carga de vehículos eléctricos que fue bloqueada en Android Auto. Google ha justificado la exclusión por incompatibilidades y problemas de seguridad, pero la UE sostiene que estas restricciones benefician a las propias aplicaciones de Google, como Google Maps y YouTube Music, y afectan la competencia.
Laila Medina, abogada general del Tribunal de Justicia de la UE, ha indicado que las prácticas de Google podrían estar violando las normas de competencia y limitando la innovación y el acceso de los usuarios a alternativas. La investigación europea, que se basa en acciones previas iniciadas en 2021, podría resultar en nuevas sanciones contra Google.
Aunque la compañía ha realizado actualizaciones en Android Auto y ha prometido abordar problemas de seguridad, las tensiones persisten. La UE continúa presionando para asegurar una competencia más equitativa en el mercado tecnológico, y el caso de Android Auto podría ser un punto de inflexión significativo para la regulación de las plataformas digitales a nivel mundial.