Los astrónomos han realizado un nuevo avance en el estudio de los agujeros negros, revelando un disparo de rayos gamma procedente del agujero negro supermasivo ubicado en el centro de la galaxia M87, situada a 53 millones de años luz de la Tierra. Este fenómeno, registrado por el proyecto Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT), es el primero de su tipo detectado en la región con las técnicas actuales.
El Telescopio del Horizonte de Sucesos, un esfuerzo global que une los radiotelescopios más avanzados del mundo, ha permitido crear imágenes del agujero negro utilizando una lente virtual del tamaño de la Tierra. Este proceso, que combina señales de múltiples telescopios y aplica algoritmos sofisticados, ofrece una visión aproximada de la sombra del agujero negro y su entorno.
En esta segunda campaña de observaciones, los astrónomos lograron identificar una llamarada de radiación gamma, un evento altamente energético y de corta duración. Este tipo de emisión, que dura solo unos pocos días, es sumamente impredecible y difícil de captar, por lo que su detección fue una verdadera coincidencia. El disparo observado en M87 duró tres días y se extendió por una región de 170 Unidades Astronómicas (UA), superando todas las emisiones previas detectadas en esa área.
El estudio de los rayos gamma, la radiación más energética del espectro electromagnético, es crucial para entender los eventos más violentos del universo, como los chorros de materia que los agujeros negros pueden expulsar a velocidades cercanas a la luz. Estos eventos no solo son fenómenos cósmicos fascinantes, sino que también pueden tener implicaciones para la tecnología en la Tierra, afectando las telecomunicaciones y los satélites.
La investigación sobre estas emisiones ayudará a los científicos a comprender mejor la física de los agujeros negros, una área de estudio que sigue siendo un misterio. Aunque los rayos gamma y los chorros relativistas no se originan por explosiones nucleares, se cree que su aceleración es impulsada por la torsión de los campos gravitacionales alrededor de estos objetos masivos.
El descubrimiento es una oportunidad única para estudiar el comportamiento de M87 y otros agujeros negros supermasivos, proporcionando una visión más profunda de los procesos que ocurren en las regiones más extremas del universo.