La OTAN ha anunciado inversiones significativas en tecnología europea, marcando un paso crucial en la defensa y seguridad del continente. Tras la creación del Fondo de Innovación en 2022 en respuesta a la invasión rusa en Ucrania, esta iniciativa de 1.000 millones de euros se enfoca en abordar desafíos actuales mediante tecnologías avanzadas.
Las primeras empresas beneficiarias incluyen ARX Robotics de Alemania, especializada en robots no tripulados, y tres startups del Reino Unido: Fractile, que fabrica chips informáticos; iComat, con sede en Bristol; y Space Forge, que innova en materiales espaciales. Además, se han respaldado cuatro fondos de capital riesgo centrados en tecnología profunda, como Join Capital y OTB Ventures, con un horizonte de inversión extendido a 15 años.
David van Weel, subsecretario general de Innovación, Híbridos y Cibernéticos de la OTAN, destacó que estas inversiones están diseñadas para fortalecer los ecosistemas de innovación y promover la soberanía tecnológica, aunque reconoce desafíos como la comunicación entre militares y innovadores, así como los procesos lentos de adquisición.